Autor: Clr. Daniel Pacheco
Siendo
Si
bien existe información circulando en Internet, nos dimos cuenta que esta misma
no se encuentra muy organizada ni tampoco es tan precisa y accesible para
aquellas personas que no poseen muchos conocimientos en la materia.
El
Counseling parte de un modelo filosófico, trabajando con personas “sanas”, en
crisis o con alteración en el desarrollo, sin patologías mentales ni trastornos
de la personalidad. Su tarea consta en facilitar las capacidades humanas
latentes, propias de todo individuo. Se orienta al cambio y/o transformación, a
la prevención de la salud mental, la resolución de conflictos, a la
facilitación del desarrollo y despliegue personal. Denominamos al profesional
“Consultor” o “Counselor” y al que consulta “Consultante”, tendiendo a una
simetría en la relación, promocionando que él mismo se convierta en su propia
guía. El Consultante no es “paciente” sino “participante activo” de su autodesarrollo,
y es en búsqueda de un profesional que lo ayude a conocerse mejor a sí mismo,
que acude a consulta. Siendo así, el Counselor no “cura”, diagnostica ni
pronostica, simplemente facilita el autodesarrollo y autonomía del individuo.
El Counseling es una profesión en sí misma, con su propia formación e identidad de rol, que no deriva de la psicología sino del trabajo social y la educación.
No
es una terapia en tanto no pretende curar, sino un proceso de ayuda para el
desarrollo personal. Es por ello que trabaja más en el presente que en el
pasado: no utiliza la interpretación, genera de ser posible una relación de
persona a persona, no directiva, no dirigida, que no busca la dependencia del
consultante.
Considera
que quien más sabe de sí es el que consulta, y que el profesional sólo debe
acompañar facilitando con recursos profesionales que el o los consultantes se
autoperciban mejor, se saquen los ‘velos’ que les impiden autoreconocerse.
La
psicoterapia tradicional parte de un modelo médico. Por ende, el profesional
trata a pacientes con perturbaciones psicológicas que afectan la personalidad y
la conducta, buscando la superación de síntomas y adaptación al medio. Su modo
de trabajo consta en realizar una lectura del malestar, dirigiéndose hacia el
diagnóstico, pronóstico y tratamiento de este mismo. Existe un “paciente”
expectante que adolece, en búsqueda de un “terapeuta” que lo sane, marcando
así, una asimetría en la relación. La relación de ayuda se trata como una
práctica médica más, lo cual atañe a un estilo de acercamiento al consultante
similar al de un médico con su paciente (camilla = diván).
Por
lo general, los procesos de Counseling son breves y con frecuencia de un
encuentro semanal. Si bien cada profesional deberá analizar cada caso en particular,
no suelen extenderse mucho más de los dos años. Esto sucede, no porque sea
menor o menos profundo sino porque no pretende, como en el caso de la
psicoterapia, ocuparse del tratamiento de problemáticas graves de la
personalidad como la reconstrucción, orientación interna, análisis, referencia
predominante de lo anormal y el pasado. Dichos procesos de cambio suelen ser de
larga duración. El Counseling trata lo cotidiano y presente, sin necesidad de
analizar lo transitado a fin de encontrar una solución al conflicto actual.